¿Por qué los pacientes con Addison presentan hipoglucemias e intolerancia al calor?

La enfermedad de Addison se caracteriza por el déficit en la producción de corticoesteroides por parte de las glándulas adrenales, pero ¿Qué relación guardan los corticoesteroides con la glucosa sérica y/o la tolerancia al calor? A continuación describiremos la fisiopatología de esas y otras alteraciones.

El cortisol es la hormona del estrés, la cual se libera en casos de alerta promoviendo la respuesta de ataque/huida. Actúa en los receptores esteroideos a nivel citoplasmático y eso conlleva a promover la transactivación o transrepresión de diversos factores de transcripción, lo cual aumenta o disminuye la expresión de determinadas proteínas, enzimas y/o receptores.

Las hipoglucemias en la enfermedad de Addison se deben a la sobreexpresión de receptores de insulina y GLUT-4 producto de la no-transrepresión por parte del cortisol. Esto hace que la glucosa sérica se incorpore a las células en mayor medida, disminuyendo así sus niveles séricos.

La intolerancia al calor es algo contradictorio, pues se debe a la misma razón por la que los hipertiroideos son intolerantes al calor: un metabolismo basal exacerbado, pero en el caso de los pacientes con Addison, hay valores normales de TSH, T3 y T4, sólo que el déficit de cortisol causa la sobreexpresión de receptores tiroideos a nivel citoplasmático, por lo que aún con valores normales de la hormona tiroidea, sus efectos son mayores a nivel celular.

Otra característica del Addison es la hipercoloración cutánea generalizada, que le da a los pacientes un aspecto bronceado sin relación a la exposición solar. Esto se debe a que ante la ausencia de cortisol sérico, el hipotálamo debe liberar adrenocorticotropina (ACTH) en exceso para intentar estimular a las glándulas adrenales a producir cortisol, aunque no lo logre.

La ACTH proviene de la escisión de un precursor común para la beta-endorfina, la melanotropina y la misma ACTH, llamado proopiomelanocortina (POMC) por lo tanto, al incrementar la síntesis de ACTH, se libera equitativamente melanotropina, la cual causa el aumento en la expresión de melanina por parte de los melanocitos de la piel y a su vez, la sobreexpresión de beta-endorfina hace que el estado de consciencia del paciente se obnubile, tal como sucedería al administrarle un opioide exógeno como la morfina al paciente. Esto también causa la anestesia y falta de percepción ante estímulos dolorosos y táctiles en estos pacientes.


Esto también explica la dificultad para respirar de estos pacientes, producto de una depresión del centro respiratorio. Los vellos corporales pueden disminuir en los pacientes con Addison, ya que al haber insuficiencia de la glándula adrenal, deja de producirse testosterona y aldosterona, lo cual justifica también las hipotensiones y deshidratación al haber menor reabsorción salina y por lo tanto, disminución de la volemia, pues se estaría aboliendo el sistema renina-angiotensina-aldosterona.

Acá ocurre algo interesante: la disfunción del sistema renina-angiotensina-aldosterona promueve la sobreexpresión de renina para compensar la hipovolemia con una policitemia; pero estos pacientes siguen manifestando crisis de hipotensión arterial recurrentes debido a las hipoglucemias, ya que el músculo liso arterial requiere de la glucosa para mantener su tono y al producirse las hipoglucemias, el vaso pierde su tono, causando una hipotensión vasogénica por la vasodilatación.

El estado hipermetabólico explicaría la pérdida de peso, mientras que en la condición opuesta, el síndrome de Cushing, lo característico es la ganancia de peso. De hecho, estas condiciones son especularmente opuestas.

El tratamiento de la enfermedad de Addison y las crisis Addinsonianas es simple: administrar cortisol, la hormonal faltante. La respuesta generalmente es rápida.