La enfermedad de Cushing es una condición totalmente opuesta a la enfermedad de Addison, en la que en la que las glándulas adrenales producen corticoesteroides en exceso (principalmente cortisol), acarreando una serie de alteraciones orgánicas importantes. A continuación describiremos ls fisiopatología de dichas alteraciones.
Primero que nada cabe aclarar que la enfermedad de Cushing es autoproducida y el síndrome de Cushing es iatrogénico producto de la administración exógena de corticoesteroides.
Dicho esto, los síntomas del Cushing son característicos: el paciente presenta redistribución de la grasa corporal hacia el tronco y cara adquiriendo una facie cushingoide (cara de luna llena), estrías notablemente marcadas, infecciones recurrentes, hipertensión arterial, resistencia a la insulina y diabetes mellitus tipo 2, osteopenia, miopenia, obesidad e intolerancia al frío.
El cortisol estimula la transactivación de receptores LPL principalmente en el tejido adiposo de cara y tronco y además, disminuye la expresión de los receptores de insulina, lo cual hace que la insulina se una a la LPL y promueva el ingreso de ácidos grasos a estas zonas del cuerpo, causando la redistribución grasa característica. El aumento de volumen del tejido adiposo causa estrías notables de color rojo vinoso en el abdomen de los pacientes.
La menor expresión de receptores de insulina causa la resistencia a la insulina y subsecuentemente la diabetes mellius tipo 2. Las infecciones recurrentes se deben a que el cortisol es un inmunosupresor por excelencia, lo cual deja al paciente susceptible a patógenos oportunistas.
La hipertensión arterial se debe a que el cortisol actúa sobre los riñones como un mineralocorticoide (la aldosterona) promoviendo la reabsorción de sodio y por lo tanto, de líquidos, aumentando la volemia y causando una sobrecarga de volumen.
El cortisol también disminuye la masa muscular general y disminuye la absorción de vitamina D por parte de los huesos, causand el debilitamiento característico. La intolerancia al frío se debe a una transrrepresión de la expresión de receptores de hormonas tiroideas a nivel celular, causando un hipotiroidismo con valores normales de TSH, T3 y T4.
El tratamiento va a depender de la causa, pues si el paciente tiene un síndrome de Cushing por aumento de la dosis de corticoides, la solución sería disminuirla gradualmente hasta alcanzar noveles fisiológicos.
En caso de ser una enfermedad de Cushing causada por un tumor hipofisario o adrenal, la solución sería la remoción quirúrgica del tumor productor de cortisol e iniciar la terapia de reemplazo hormonal con cortisol.
Ante las crisis cushingoides puede utilizarse el ketoconazol, que aunque es un antimicótico, su mecsnismo de acción le permite disminuir la biodisponibilidad del cortisol, disminuyendo así sus efectos.
El cortisol estimula la transactivación de receptores LPL principalmente en el tejido adiposo de cara y tronco y además, disminuye la expresión de los receptores de insulina, lo cual hace que la insulina se una a la LPL y promueva el ingreso de ácidos grasos a estas zonas del cuerpo, causando la redistribución grasa característica. El aumento de volumen del tejido adiposo causa estrías notables de color rojo vinoso en el abdomen de los pacientes.
La menor expresión de receptores de insulina causa la resistencia a la insulina y subsecuentemente la diabetes mellius tipo 2. Las infecciones recurrentes se deben a que el cortisol es un inmunosupresor por excelencia, lo cual deja al paciente susceptible a patógenos oportunistas.
La hipertensión arterial se debe a que el cortisol actúa sobre los riñones como un mineralocorticoide (la aldosterona) promoviendo la reabsorción de sodio y por lo tanto, de líquidos, aumentando la volemia y causando una sobrecarga de volumen.
El cortisol también disminuye la masa muscular general y disminuye la absorción de vitamina D por parte de los huesos, causand el debilitamiento característico. La intolerancia al frío se debe a una transrrepresión de la expresión de receptores de hormonas tiroideas a nivel celular, causando un hipotiroidismo con valores normales de TSH, T3 y T4.
El tratamiento va a depender de la causa, pues si el paciente tiene un síndrome de Cushing por aumento de la dosis de corticoides, la solución sería disminuirla gradualmente hasta alcanzar noveles fisiológicos.
En caso de ser una enfermedad de Cushing causada por un tumor hipofisario o adrenal, la solución sería la remoción quirúrgica del tumor productor de cortisol e iniciar la terapia de reemplazo hormonal con cortisol.
Ante las crisis cushingoides puede utilizarse el ketoconazol, que aunque es un antimicótico, su mecsnismo de acción le permite disminuir la biodisponibilidad del cortisol, disminuyendo así sus efectos.